Por Montserrat Farràs
Tal como nos dice la Psicologa Anne Wilson Shaeft la primera y mas importante relación es la que tenemos con nosotros mismos, la que vivimos con nuestra propia intimidad, con la parte mas profunda de nuestro ser. Si esta fluye, tiene sentido y está vivo todo todo lo que viene después, también lo estará
Si el significado de la vida no se puede comprender sino es viviéndola, resulta que lo mas importante por un ser humano es seguir un proceso de evolución personal que lo lleve a construir, cada día de manera mas sólida, el vínculo espiritual que lo mantendrá unido a su profundidad y que hará que todas las otras relaciones no sean sino una manera de reforzarle.
Nos pensamos que la felicidad reside en la armonía de la pareja y con todas las cosas de nuestro entorno y esto es cierto pero el enfoque es muchas veces incorrecto porque la mirada no va de fuera adentro sino a la inversa. No es el entorno o lo que pasa afuera lo que hace que nuestra vida sea armoniosa. Nuestra vida será mas o menos armoniosa según la manera en que nosotros nos relacionamos con nuestro interior, es decir, según como vivamos nuestra espiritualidad.
Que quede claro que cuando hablamos de espiritualidad no hablamos de religiosidad. La religiosidad es vivir la espiritualidad siguiendo unas tradiciones y unos determinados dogmas. La espiritualidad a la que nos referimos es el hecho de vivir libremente el sentimiento de ser, tener una profunda conciencia y alimentarla. Cuando esto se tiene claro, cambian todos los posicionamientos y evidentemente también el orden y la prioridad en las relaciones.
Poner la vivencia de la espiritualidad en primer lugar no significa dejar de ser responsables ni dejar de estar comprometidos con la familia o personas. Bien al contrario. La vida es relación por lo tanto todas las relaciones que han ido apareciendo a lo largo de la vida se ven como un regalo, una oportunidad de profundizar en este proceso que es vivir, incluso las que no nos parecen demasiado satisfactorias o nos han producido dolor.
La relación primaria con nuestro Poder Superior exige intimidad y esto implica honestidad, respeto y honor por parte nuestra. Cuando nuestra relación primordial está arraigada en nuestra espiritualidad y desde aquí vivimos, no permitimos que nuestras relaciones de pareja o familiares dicten nuestra vida sino que se convierten en oportunidades de participar.
Actualmente la mayoría de relaciones estàn enfocadas a llenar ese vacío existencial que tenemos osea que empiezan a partir del verbo “necesitar”. Esta necesidad nos pone en un estado constante de expectativa y pasas al otro la responsabilidad sobre tu satisfacción.
Las relaciones de pareja sobre todo tendrían que estar construides a partir de los verbos acompañar, compartir, participar conjuntamente en el proceso de madurar y disfrutar de la aventura.
Algunas pautas que favorecen las buenas relaciones
Las relaciones son procesos. Tienen su propio ritmo y con el tiempo progresan hacia donde corresponde.